Necesidades del mundo de hoy
En la actualidad, vivimos en un mundo que muchas veces es frío, insensible e indiferente. No es de maravillarse entonces, que cuando mostramos genuino amor y consideración hacia los demás, sin que nada especial nos mantenga ligado a ellos, se inquieten y se sorprendan adecuadamente.
La iglesia de Jesucristo deberá ser un refugio donde la gente golpeada encontrara cura y restauración en Cristo y su pueblo. Lo que debe animarnos, es saber que cuando abandonamos el yo y nos concentramos en Cristo, cuando caminamos y trabajamos con él, nos damos cuenta que no necesitamos preocuparnos por los resultados. Ofrezcamos el agua de vida a un mundo sediento. Hagamos resaltar su sabor y vitalidad en este planeta. Esto significaría darnos a nosotros mismos en servicio a otros.